Una vez,comentaba con una amiga que había sido horrible sentir depresión durante mis 13 y 14 años; en ese entonces yo tenía 15 y mi corazón andaba muy bien, pero Liz, mi amiga, me dijo "la de los 16 es peor, créeme" lo acompañó con esa expresión que suele hacer cuando pretende enfatizar algo, en seguida le respondí que no había modo de que volviera a tal cosa, no iba a volver a caer, que ya me había levantado y que sería estúpido, descuidado y de poco amor propio dejarme envolver por algo de esa calaña por segunda vez. Venga, no pasó cuando esperaba atrincherada, sino a los 17, cuando ya había bajado la guardia.
No quisiera enredarme en esclarecer si se trata de depresión o de una serie de desafortunadas bajas emocionales, podría intentar explicar pero no me serviría de nada, ya que yo sé de que va, es decir quien lea esto podrá hacer sus propias conjeturas, que, para cambiar mi estado, sirven para nada.
![]() |
Fotografa. Katie Joy |
Continuo, la tristeza tiene origen, ya sea conocido o desconocido, antes era la desesperación por no encontrar la respuesta a preguntas que intenté ignorar pero que no dejaban de darme vueltas en la cabeza, es sencillo, tenía una duda existencial terrible pues no sabía si era yo una costilla o era de quienes necesitan de una, un rompecabezas, lo sé, pero el desenlace quedó en algo un tanto difícil de entender para el resto de la gente, excepto para mí, pero ahí está la palabra DESENLACE, es decir que logré encontrar una respuesta, mi atosigante búsqueda por fin había terminado, y fue a apartir de tal punto que las cosas se fueron recuperando, la seguridad, la confianza, los ánimos y por supuesto, la añorada felicidad. Hay algo que destacar de eso, que cuando estaba atorada en todo ese rollo no sabía ni lo que me pasaba, estaba perdida, lloraba, lloraba, y estaba sola por voluntad propia, mejor dicho por miedo, es que era difícil tratar el tema cuando hasta mi propia reacción ante tal cuestionamiento me reprochaba, además tenía 10 u 11 años cuando la duda comenzó a rondarme, juraba perder la cabeza, no tenía rumbo, ni siquiera una pista ante tal dilema que me consumió poco a poco a lo largo de cuatro años hasta hacerme pensar pendejadas como acabar con todo ese cagadero de mi cabeza y con las pastillas del cajón de medicamentos de mi casa, de esas pendejadas hablo (que me provocó la diarrea, literal, más cagada de la vida). A lo que voy, lo anterior significa que no sabía que todo eso de la metáfora de la costilla era la causante de mi depresión, hasta que le di solución y la felicidad volvió a mí.
Ahora no estoy ante esa enfermedad representante de la muerte del alma, pero la veo aproximarse rápidamente hacía mí, ya que he estado en drama los últimos meses, lamentandome por no sé qué, por todo y por nada a la vez. De acuerdo a la experiencia que tuve anteriormente, no pienso, ni quiero dejarme llevar de nuevo, así que lo mejor sería darle solución al problema lo antes posible, e irónicamente el problema es que no encuentro problema para solucionar, aunque pensandolo bien, si tengo problemas, pero me siento incapáz de resolverlos y es lo mismo que ronda sobre el problema, como un circulo vicioso, me siento desanimada por algo desconocido, así que empiezo a intentar poner solución a eso desconocido, pero no tengo la capacidad ya que a penas alcanzan las ganas para levantarme de la cama.
Aunque he estado sospechando de algo que no tengo muy claro todavía, pero creo que por ahí va la cosa... Terminar haciendo de mi vida un cagadero, no ser exitosa, arrepentirme de lo que pienso estudiar profesionalmente o mi anhelo destruido de la EMI porque estos meses eran para prepararme física, intelectual y psicológicamente, pero fue difícil, apenas cumplí con lo mínimo, ahora me queda poco tiempo para hacer algo, tan poco que sé que ya no puedo conseguirlo. Supongo que eso me tiene mal, pues estaba perdiendolo y ahora me pendo de un delgado hilo a esa posibilidad.
Yo no sé si eso sea la causa de mi tristeza, pero lo que si sé es que me arde en el orgullo mas que calificaciones bajas (y esas si me pegan duro, eh). Porque sé que hay gente en el mundo haciendolo maravilloso, tan limpio, tan bello y sublime, así como ver a una gimnasta olímpica dando giros, haciendo de su vida una obra de arte y yo aquí, dejando ir todo eso como si tuviera la certeza de que los lamentos logran mas que mis manos, pero no, eso sólo sería válido si fuera como chantaje, pero no, es llanto real que no consigue nada mas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario